La noticia saltaba el pasado 9 de abril cuando los vecinos de Montecarmelo y Las Tablas recibían con preocupación los planes del consistorio municipal de ubicar en diferentes zonas sensibles de sus barrios dos cantones de limpieza. Y como dice el refrán “cuando las barbas de tu vecino veas pelar…”, fue entonces cuando una vecina de Arroyo del Fresno buscó y encontró lo que no quería encontrar: a escasos 12 metros de su vivienda el Ayuntamiento de Madrid tenía planeado construir una base del SELUR, Servicio de Limpieza Urgente.
Fue el principio de una agenda reivindicativa que los tres barrios han llevado a cabo durante el mes de abril y que piensan continuar en mayo mientras que Borja Carabante, responsable del Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento, no firmen un documento donde figure la reubicación de estos tres espacios de limpieza. En cuestión de días, los vecinos afectados se convirtieron en expertos en saber cómo funciona un cantón, -palabra que muchos no habían oído hasta entonces-, o qué es en concreto una base del SELUR, vieron alterada su rutina normal, comenzaron a mandar quejas y comunicados, salieron a la calle a informar y protestar, mostrando también su repulsa en las ventanas y en redes sociales.
El 16 de abril se reunían en una asamblea convocada por las cuatro asociaciones vecinales afectadas, -Montecarmelo, Barrio de Montecarmelo, Las Tablas y Arroyo del Fresno-, así como el AMPA del CEIP Infanta Leonor, a la que acudieron numerosos vecinos afectados, para lanzar una hoja de ruta reivindicativa consensuada. Un día después y ante la presión vecinal, desde el Ayuntamiento de Madrid, el mismo Borja Carbante anunciaba la paralización de 12 de los 16 cantones de Madrid para estudiar con los vecinos posibles reubicaciones.
Sin embargo, este anuncio, al no haber un documento escrito, no impidió que los vecinos se siguieran concentrando cada jueves, en Montecarmelo y en Arroyo del Fresno, o que la manifestación “de parcela a parcela” del 23 de abril contara con la presencia de alrededor de 500 personas. Todo sin olvidar la reunión mantenida con la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid, FRAVM, de la cual nació la recién creada Plataforma de Afectados.
– “Esto es un sinsentido y no alcanzo a entender quién en su sano juicio piensa que la parcela escogida en Arroyo del Fresno, a 12 metros de las casas, es el lugar idóneo para construir un SELUR. Es que me cuesta imaginar que alguien crea que no nos va a molestar ni los olores, ni los ruidos ni el trasiego por todo el barrio de camiones de gran tonelaje”, nos comentaba una vecina durante la manifestación del 23 de abril.
– “Al principio la gente pensaba que esto sólo afectaba a una urbanización, pero la realidad es que va a afectar a todo el barrio y así lo han entendido”, añade otro vecino. “La rotonda de salida a la M40 o a la M30 por Ventisquero está atascada normalmente, pues con la llegada de todos estos camiones será tremendo. Sin olvidar que trabajan las 24 horas. Yo sin haber empezado a construirlo ya llevo varios días sin dormir oyendo en mi mente el pi-pi”.
– “En Montecarmelo parece que está más alejado, pero son solo 20 metros más que en Arroyo. Además no es que lo pongan cerca de las viviendas sino pegado a un colegio lleno de niños de lunes a viernes. A mí me gustaría saber si han pensado, quiero creer que no, en el daño que van a hacer a esos chavales, tanto personal como educacionalmente. ¿Van a venir ellos a dar clase?, ¿Nos van a obligar a que nuestro hijos en las épocas de calor estén con las ventanas cerradas?”, nos comenta un vecino afectado de Montecarmelo.
– “Comprarse una casa no es precisamente fácil. Y cuando lo haces y la vas pagando te plantan esto aquí, pegado a tu hogar”, añade su mujer.
– “En Las Tablas es cierto que hay distancia hasta las viviendas, en comparación con Montecarmelo y Arroyo del Fresno, pero lejos no está. ¿Y además ya tenemos uno!”.
De estos tres barrios fue Arroyo del Fresno el que ya ha mantenido la primera reunión de Reubicación anunciada por el consistorio. Si bien es cierto que los asistentes, tanto su asociación vecinal, como la FRAMV, como representantes de la Comunidad de Propietarios más afectada, salieron con la sensación de que hay voluntad, lo cierto es que a 1 de mayo no se había producido la segunda reunión y peor aún ninguno de ellos disponía de ningún documento firmado que avale esa “predisposición a la reubicación”.
Tanto es así que al cierre de esta revista, no se han cancelado ninguna de las concentraciones que llevaran a cabo los tres barrios durante el mes de mayo.
