La decadencia del que es conocido como el Monte Las Tablas va a más. Basuras, riegos o suministros sin tapa, o cableado por la ladera, son solo algunos de los ejemplos de cómo se encuentra esta zona, que hace años invitaba a pasear. Esta área se encuentra situada a lo largo de las inmediaciones de la M-40, desde la calle Isabel de Colbrand, y transcurre por toda la calle de Portomarín.
El deterioro de dicho monte ha ido a peor en los últimos años, coincidiendo con el inicio de la pandemia. Hasta entonces, si bien es cierto que no se trata de una zona verde ni está catalogado como parque, pasear por la zona no mostraba el aspecto descuidado y de abandono total que se percibe en los últimos tiempos. Raro es hacerlo sin toparse con bolsas de basura procedentes de botellones, botellas y cristales rotos, papeleras arrancadas o bancos vandalizados, bien por pintadas o por destrozos.
– “Antes venía a pasear aquí como mis dos perros y mi hijo, ahora no me atrevo porque viendo como está como mínimo acabamos en urgencias con algún corte”, nos comenta Manuel, que vive a escasos metros.
A estos desperfectos, ocasionados por la falta de civismo de algunos vecinos, en primer término, y por la falta de mantenimiento por parte de las administraciones por otro, hay que sumarle el hecho que las continuas obras de reforma de la zona industrial de Las Tablas, donde se encuentran oficinas y empresas, ha originado como, en algunos de los casos, el cableado, plástico o tuberías que utilizan sean abandonado en esta zona.
La falta de riego de la zona, sumada a las pocas lluvias que se han registrado en otoño e invierno hacen que el aspecto sea desolador.
– “La zona que está más cercana a la calle Valcarlos está un poco más cuidada, si dejamos al margen, claro está, el tema de los árboles que plantaron en 2020 a los que somos muchos los vecinos los que nos encargamos re regarlos personalmente, porque raro es ver a algún operario hacerlo. Pero la zona más cercana a la calle Isabel de Colbrand da pena verla y en época de calor ni te cuento”, nos comenta una vecina.
Al igual que hay vecinos que, por iniciativa propia, se encargan de regar los mencionado árboles, no es raro ver a otros recoger la basura que se encuentran a su paso los fines de semana.
– “Claro que la solución no es que seamos los vecinos los encargados de regar o limpiar el Monte de Las Tablas, pero a mí esto me come por dentro. Si quien tiene que hacerlo no lo hace, pues yo lo hago. Esto no quita que todas las culpas sean para ellos. Es una vergüenza el comportamiento incívico de los vecinos, porque si un banco está pintado, es porque alguien lo ha hecho, si hay cristales rotos es porque alguien ha tirado una botella, y así con todo”, nos explica otro vecino que suele colaborar en las labores de limpieza del Monte Las Tablas.
Aunque nunca fue ganador de ningún proyecto participativo de Decide Madrid, lo cierto es en varias ocasiones los vecinos han presentado distintas iniciativas encaminadas para que se convierta esta zona en un lugar que invite a pasar tiempo libre. Entre algunas de las ideas que plantearon en su día, destacaban plantar árboles que ya den sombra a la zona, habilitar espacios de merenderos con mesas, papeleras y fuentes, e incluso algún mobiliario de exterior que invite a la práctica de deportes, como el ping-pong.