Lleva al frente del Colegio Público Cortes de Cádiz, como directora, desde que éste abrió sus puertas en Sanchinarro. Hasta entonces, cada inicio del curso escolar era una fiesta y una nueva responsabilidad: nuevos alumnos, la alegría de ver a los más veteranos, nuevos retos y, sobre todo, ganas, muchas ganas, de avanzar académicamente. Este año nada ha sido igual.
Entrevistamos a Mª Carmen Partida, quien nos cuenta cómo han sido las semanas previas al inicio de curso y cómo ha vivido el momento de volver a abrir las puertas de las aulas del colegio que dirige.
• “He dedicado mis últimos dieciocho cursos a la gestión de centros educativos, pero ninguno de ellos ha comenzado de una manera tan complicada como éste”.
• ¿Cómo fue abrir de nuevo las clases el 8 de septiembre?
• “El pasado día 8 de septiembre recibimos a los primeros alumnos con una inmensa alegría y responsabilidad. Vi la emoción en sus caras y una enorme alegría al reencontrarse con los compañeros. Alegría y responsabilidad transmitida por sus familias y por sus profesores: “pisa la alfombra al entrar”, “vamos a tomar la temperatura”, “lávate las manos”, “no toques la barandilla”, “no te salgas de tu grupo”, “échate gel”, frases repetidas todos los días hasta la saciedad”.
• ¿Cómo ha sido la respuesta de los profesores del Cortes de Cádiz ante tanto cambio?
• “Tengo que hacer una mención especial y mi máximo reconocimiento a todos los profesores, muy generosos con su trabajo, que han trabajado sin descanso preparando en pocos días las aulas para recibir a sus alumnos. Pero no solo para ese primer día, sino que también han hecho la programación, la enseñanza a distancia por si su grupo se confina en cualquier momento, la comunicación con las familias, las medidas higiénicas y la adaptación a nuestro centro puesto que muchos son profesores nuevos”.
• Imagino que le habrá tocado vivir momentos duros…
• “Sí. No me importa reconocer que a lo largo de estos días he derramado alguna lágrima por la presión que he sentido (desdoble de grupos, obras de remodelación, organización del comedor, organización de recreos para los grupos burbuja, comunicación con familias, etc.) Sin duda lo que nos está resultando más complicado es la falta de comunicación con Salud Madrid ante los casos positivos de COVID en las aulas, que nos ha hecho actuar según la norma pero sobre todo utilizando nuestro sentido común. Pero en esos bajones no me he sentido sola. Mi máximo agradecimiento a las tres personas que desde el equipo directivo me han ayudado tanto, a los conserjes, a los profesores, a la AMPA, a los alumnos que con sus palabras amables me han hecho ver que todo esto, al final merece la pena. Sin olvidarme de las familias que desde el primer día, desde el otro lado de la valla decían: “Carmen, ánimo, esto lo vencemos.”