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Zitus Madrid, número 203

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Pues así como quien no quiere la cosa en un “pis-pas” cerramos la puerta a otro año más. Vale, sí, aún quedan dos meses, pero a mí esto de ver ya a finales de septiembre que los supermercados, grandes superficies y tiendas asiáticas comienzan, sigilosamente, a poner las decoraciones navideñas, hace que mi cabeza se acelere y quiera correr más que ellos.

Confieso que alguna vez he comido polvorones y turrón en la playa, -soy de esas que antes de que los quiten de la venta compra para tener todo el año-, pero, sinceramente, creo que no hay porqué adelantar tanto las cosas, que la vida ya de por sí va muy rápida, salvo cuando eres un niño.

Cambiando de tercio, sí hay algo que me gusta de la prensa local, y de mi trabajo en Zitus Madrid, es que te permite conocer de cerca a muchas personas interesantesº que no siempre en prensa nacional es posible. Y a día de hoy, por mucho que hayan pasado diecinueve años, me sigue gustando saber qué ha sido de sus vidas años después. Reencontrarme este mes, aunque por las prisas sólo haya sido de manera virtual, con Arantza, directora del aquel Coro de Las Tablas, hoy Sociedad Coral Corona, me ha hecho mucha ilusión. Poder participar en la mesa redonda sobre prensa local, organizada por el periódico “Tetuán 30 días”, coincidiendo con su 30 Aniversario, me ha confirmado que esos “locos” que seguimos apostando por la prensa local y gratuita, no sólo amamos esta profesión, sino que la defendemos a capa y espada. ¡Como la prensa de proximidad ninguna!

Y fue gracias a esta prensa de proximidad que conocí hace ya bastantes años, en 2011, a Cristina y a Emilio de la Fundación Stop Sanfilippo, y a su hijo Daniel, que por aquel entonces era bien pequeño. Enterarme hace menos de un mes del fallecimiento de Dani me entristeció, y mucho. Todavía me parece increíble que haya que crear fundaciones o asociaciones para obtener recursos para financiar el estudio de las denominadas “enfermedades raras”. Creerme que cuando leo las noticias, por poner un ejemplo, sobre que en el Congreso o en el Senado se renuevan los IPhone con cantidades desorbitadas, más de un millón de euros cada uno hace dos años, se me abren las carnes pensando que si uno quiere tener el último modelo, ya ganan suficiente como para pagárselo ellos y dedicar ese dinero a otras cosas, como financiar estudios de investigación de esta enfermedad, que tantos niños se está llevando, o de otras.

No lo he entendido nunca ni lo entenderé. ¡Con dos millones de euros en la Asociación Pablo Ugarte, que destina todo lo recaudado a la investigación del cáncer infantil la de proyectos que financiaríamos!

Volviendo a Dani, solo deciros Cristina y Emilio que Dani desde arriba no puede estar más orgulloso de vosotros, que mucho ánimo y que aquí estoy para lo que necesitéis.

Vecinos, en diciembre, al ser bimestral, no hay revista, así que espero que acabéis bien el año y nos vemos en 2025.