Yo no sé vosotros, pero a mí se me pasan los meses como si fueran semanas. ¡Qué digo semanas, días! Y estos últimos no sé por qué extraña razón más. Hace nada estábamos quitando la nieve de Filomena y ahora sacando los bañadores. Miedito me da que todo pase tan rápido. Pero vamos al grano, que me disperso y este mes quiero hablar de dos cosillas.
“Natalia, estamos bajo mínimos de leche en el albergue”. Así, sin más, me dice una trabajadora social del Centro Santa María la Paz de Sanchinarro, y ya amiga, conocedora de que estos temas me superan. Pero esa rapidez con la que se me ha pasado el mes que os comentaba, ha propiciado que se me acumule trabajo y temas varios como para meterme en ese momento en una campaña de recogida de esas que tanto me gustan. “Voy fatal de tiempo y no llego al cierre, espera”, le dijo.
Un solo mensaje, un solo mensaje de tres líneas a la incansable Ana de la Agrupación Deportiva Oña Sanchinarro, -porque sé el empeño del club de inculcar a los chavales algo más que deporte, solidaridad-, sirvió para que en diez minutos lanzara la campaña “Día Mundial de la Leche, vamos a petar el albergue”, y de la que informamos en nuestro interior.
Esa capacidad de respuesta, ese afán de ayudar a los demás, esa confianza en mí cada vez que pido algo así, me reafirma en mi admiración hacia vosotros, -hacemos buen equipo-, y hacia todos esos chavales que forman parte de este club emblemático de la zona norte de Madrid y sus familias quienes una vez más habéis hecho sonreír a los usuarios y responsables del Albergue Santa María la Paz. “No te olvides de darles las gracias públicamente que queremos que se entere todo el mundo”, me dicen desde el Centro. Escrito queda.
Igual de solidarios son los chicos que protagonizan este mes la sección “Gente del Barrio”, Almudena, Carlos y Jaime y todos aquellos que les ayudan en Estrella ONG, quienes se encuentran inmersos en su campaña “Ningún niño con la mochila vacía”. Desde Zitus Madrid invitamos a todos los colegios de la zona, así como a todos los vecinos a participar en ella, ya que son muchas las opciones para hacerlo y muy grande lo que van a conseguir, porque sé que lo van a conseguir.
Ver su entusiasmo, las ganas que ponen en ello, -sacando tiempo de donde no lo tienen-, y su implicación por buscar un mundo más justo, me reafirma, otra vez, en mi teoría de “ojito, no toda la juventud es igual”, solo hace falta buscar, y no muy lejos, para darnos cuenta de cómo son la mayoría. Hay meses en los que una se siente orgullosa de lo que ve a su alrededor y este ha sido uno de ellos, aunque el tiempo pase muy deprisa vecinos.