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Zitus Madrid, número 174

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Poco más de un mes queda para que finalice el presente curso escolar. No sé vosotros, pero yo por lo menos no esperaba que se desarrollara tan bien como se está desarrollando este año. Es más, os confesaré un secreto, no compré los zapatos de mis hijos como todos los años antes de empezar el colegio, sino que  tiramos de los del curso pasado hasta ver cómo transcurría el mes de septiembre. Entre nosotros y ahora que no nos escucha nadie: pensé que a las pocas semanas nos los mandaban para casa a clases online permanentemente.

Pero pasaron las semanas, los meses y ahí seguían acudiendo diariamente al colegio. Si es verdad que algunas clases han estado confinadas, unas más que otras la verdad. ¡Yo sigo tocando madera porque de momento nos hemos librado! Pero lo que ha dado de sí las distintas comunidades educativas, y no hablo solo por el colegio al que acuden mis hijos sino en general en estos tres barrios, y por lo que me comentaban amigos y vecinos, es de quitarse el sombrero.

La implicación que han tenido y siguen teniendo directivos, profesores, personal de secretaría, operarios de limpieza… todos, es impresionante. Si había un año en el que tenían que estar más unidos que nunca, poniendo toda la carne en el asador y cuidando y protegiendo, -al mismo tiempo que enseñando-, a los alumnos, era este. Y lo han superado y con creces.

Por eso es de justicia daros las gracias en nombre de miles de familias desde estas líneas.

Pero también a vosotros: todos los alumnos de Sanchinarro, Las Tablas y Montecarmelo. No había nadie mejor que vosotros para recibir este año la medalla de la Comunidad de Madrid, con motivo de la celebración del 2 de mayo. Yo sigo observando a niños y chavales y, literalmente, “se me cae la baba”. Sois todo un ejemplo de entrega, de adaptarse a la situación perfectamente, de saber que estáis renunciando a muchas cosas pero nunca perdéis la sonrisa.

Esto pasara, esperemos que más pronto que tarde, y a mí personalmente no se me olvidará la gran lección que habéis dado a los adultos, una vez más. ¡Sois unos auténticos héroes! Un ejemplo a seguir. ¡Enhorabuena!