Sus protestas dieron sus frutos. Y es que lo dijeron alto y claro desde el minuto cero: la construcción del parquin disuasorio de Tres Olivos no estaba justificada. Y ya no solo por la “cantidad desorbitada que iba a costar, sino por el impacto medioambiental de la medida, la falta de una actuación paralela en la mejora del transporte público y de las infraestructuras viales de toda la zona, no lo han demandado los vecino, así como que colapsará aún más las salidas y entradas en horas punta de los barrios de Montecarmelo y Tres Olivos.
Tras la concentración llevada a cabo en señal de protesta el pasado 17 de julio, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida anunciaba que suspendía temporalmente el plan de aparcamientos disuasorio, alegando que éstos no estaban “cumpliendo las previsiones de los estudios de movilidad que se hicieron en la legislatura anterior, liderada por Manuela Carmena, por lo que nos parece prudente, razonable y de sentido común suspenderlo temporalmente”.
Una semana después el grupo liderado por Rita Maestre llevaba al Pleno del Ayuntamientos la retirada definitiva del proyecto del aparcamiento disuasorio de Tres Olivos, Mar de Cristal y Aravaca, que contó con los votos a favor de PP, Cs, Más Madrid y PSOE y la abstención de Vox.