Pocas figuras de la historia reciente de España han suscitado tanta unanimidad como Antonio Fontán Pérez (1923-2010). Ahora, de la mano de Jaime Cosgaya, -profesor de Geografía e Historia y Premio Javier Tussell de investigación histórica-, podrás conocer más de cerca la trayectoria de este político, -cuyo nombre lleva uno de los dos colegio públicos de Montecarmelo-, a partir de documentación inédita procedente, en su mayor parte, de su archivo personal. Y todo gracias a su libro “Antonio Fontán (1923-2010)”.
Buscaba tema para mi tesis doctoral”, comenta el autor, “y el número especial que Nueva Revista de Política, Cultura y Arte le dedicó en 2003 me empujó a saber más de él y a conocerle personalmente. En el aire estaba la duda de si los homenajes y reconocimientos que recibió, como el título de «Héroe de la Libertad de Prensa», se correspondían con la realidad de su vida”.
La respuesta se encuentra en este libro, que ahonda en la trayectoria pública de Fontán en un intento por comprender lo que fueron el franquismo y la transición a la democracia.
Fontán fue el primer Presidente del Senado de la España democrática y Ministro de Administración Territorial con Adolfo Suárez. Latinista de formación, fue catedrático en las universidades de Granada, Navarra, Autónoma de Madrid y Complutense. Fundó las revistas La Actualidad Española y Nuestro Tiempo; ocupó la dirección del diario Madrid desde 1967 hasta su cierre en 1971 por orden gubernativa; y creó Nueva Revista de Política, Cultura y Arte en 1990, tras su jubilación académica.
• “La biografía política de Fontán, como cualquier otra del mismo género, es un reflejo de su tiempo. Recorrerla, por tanto, nos sitúa ante la España de la segunda mitad del siglo XX, en toda su complejidad. Y lo hace colocándonos en una posición privilegiada, la de quien ocupó cargos de especial relevancia en un momento especialmente relevante”.
Fontán fue Presidente del Senado Constituyente y Ministro de Administración Territorial con Adolfo Suárez. Su firma es una de las que refrendan la Constitución y, coincidiendo con su paso por el Gobierno, se aprobaron los Estatutos de Autonomía de Cataluña y el País Vasco.
Al ejecutivo llegó por ser uno de los miembros más significados del ala liberal de Unión de Centro Democrático (UCD), sector que encabezó en compañía de Joaquín Garrigues-Walker. Y aunque su estancia en el Consejo de Ministros fue más bien corta, apenas un año, se mantuvo leal al partido centrista hasta su consumación, tras las elecciones generales de 1982.
Fontán se adentró en los ambientes monárquicos próximos a él en pleno régimen de Franco. El libro muestra cómo fue él la persona designada por el conde de Barcelona para confirmar a su vástago en el trono justo antes de ser coronado.
Y junto con los círculos cortesanos, la universidad y el periodismo. Fontán cultivó ambas facetas, en las que se prodigó con éxito. Latinista de formación, fue catedrático en las universidades de Granada, Navarra, Autónoma de Madrid y Complutense. Del estudio de los “clásicos”, que siempre tuvo a mano, dio el salto al mundo de la comunicación. Fundó el semanario gráfico La Actualidad Española en 1952 y, dos años después, la revista mensual Nuestro Tiempo. Alumbró el Instituto de Periodismo de la Universidad de Navarra y asumió la dirección del diario Madrid hasta su cierre por orden gubernativa.
Fue el paso por el vespertino, y su abrupto final, con la simbólica voladura de su sede, lo que le granjeó la estima de amplios sectores de opinión. Su carácter conciliador y el modo en que se desenvolvió en el ámbito universitario, periodístico y político, hicieron de él una figura de consenso, respetada por amplios sectores de opinión.