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Castillos de Portugal

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Europa está plagada de castillos de todo tipo. Los hay casi en ruinas y otros en perfectas condiciones que están habitados o podrían estarlo. En esta ocasión nos fijaremos en tres castillos de nuestro país vecino, Portugal.

Hay castillos al borde del mar o sobre grandes ríos y lagos; otros se alzan en impresionantes llanuras o en vertiginosos riscos. Naturalmente ya han perdido el carácter defensivo que tuvieron, e incluso el residencial, pero lo que siempre conservan es su valor artístico, histórico y legendario. Hay muchos de ellos por toda Europa y la elección de los más atractivos es difícil de hacer, por eso el buscador de vuelos y hoteles www.jetcost.es ha pedido a sus usuarios que seleccionen los que les han parecido más deslumbrantes por distintos motivos, y estos tres son los que más les han gustado en Portugal.

Castillo de Óbidos (Portugal)

La construcción de este castillo mágico se remonta a la presencia romana en Portugal. El castillo de Óbidos tiene torres en forma de cilindro y cuadradas, mientras que la piedra caliza y el mármol añaden una faceta grandiosa a la fachada. Es un buen ejemplo de una fortificación bien conservada, y el castillo ha escapado al destino de ser convertido en ruinas, y se ha transformado, según Jetcost.es en uno de los hoteles pequeños más románticos de Portugal. El pueblo que lo rodea, Óbidos, es conocido por sus atractivos paisajes y exuberante vegetación. El que una vez ofreció protección militar en el corazón de Portugal, ahora ofrece como hotel a los visitantes la oportunidad de viajar en el tiempo.

Torre de Belém (Portugal)

Es sin duda uno de los iconos de Portugal y de su capital, Lisboa, gracias a su posición sobre el río Tajo en una de las entradas de la ciudad y un símbolo clave de la ciudad y como recordatorio del antiguo poder de los portugueses en tierra y mar. Está clasificada como Patrimonio de la Humanidad. Construida en el siglo XVI, la Torre de Belém ha sido ornamentada con los símbolos de la casa del rey Manuel I, con la cuerda gruesa que rodea el castillo y termina en elegantes nudos y cruces en diferentes ángulos. La torre se convirtió en prisión durante la invasión española de Portugal a finales del siglo XVI. El interior merece una visita por la subida al último piso, donde el esfuerzo es recompensado por la deslumbrante vista sobre el amplio estuario del Tajo y la parte occidental de la ciudad de Lisboa.

Castillo de Guimarães (Portugal)

Está considerado la fortaleza medieval más importante del norte de Portugal. La presencia del castillo evoca la mezcla de leyenda, poesía y heroísmo que rodea los principios de la historia nacional. Su característica más llamativa son los muros construidos en forma de pentagrama, con ocho torres rectangulares almenadas. Construido en el siglo X, luego se convirtió en la residencia real oficial del Conde D Henrique, el padre del primer rey de Portugal, Afonso Henriques. El castillo resistió la batalla de São Mamede en 1128, que resultó en la victoria de Alfonso y significó el punto de partida de un Portugal independiente. Desde entonces, el castillo ha sido reconocido como el lugar de nacimiento de la nación portuguesa y está considerada una de las Siete Maravillas de Portugal.

Texto y Fotos: Enrique Sancho