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Caridad Sánchez-Prieto Alcaide

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Es uno de los rostros más conocidos del Mercadillo que cada año se celebra en la Parroquia Santa Soledad Torres Acosta y San Pedro Poveda de Las Tablas. Y todo gracias a su incansable forma de trabajar y al entusiasmo con el que hace frente cada edición, con un único objetivo, ayudar al más necesitado. Caridad Sánchez-Prieto Alcaide, casada y con dos hijos, llegó al barrio en 2004, cuando por no haber no había ni parroquia.

– “Los primeros años seguía yendo a misa a Alcobendas. Hasta 2008 no empezó Don Ignacio, el párroco anterior, a decir misa en el barrio, primero en una jaima y luego en un gran barracón pero que si llegabas justo tenías que oír misa desde la calle. Me ha gustado mucho ver nacer y crecer la Parroquia. Primero con Don Ignacio y ahora con Don Roberto, el espíritu siempre ha sido acoger a los que llegábamos. En 2008 todos éramos nuevos, pero siguen llegando familias que cuando se acercan a la Parroquia, encuentran su sitio. En principio eran dos Parroquias, pero aún no se ha podido construir la segunda, digo esto para agradecer la labor de los sacerdotes, que tienen que realizar el doble de trabajo, a veces me consta que es un no parar. En este momento tenemos tres: Don Roberto, que es el párroco, Don Daniel y Don Jesús. Es una parroquia llena de vida con muchos grupos y actividades”.

– ¿Cuando surge la idea de hacer un mercadillo parroquial?

– “En 2016 Don Ignacio y Sira decidieron organizar un Mercadillo para ayudar a comprar las prótesis a Ángel, un chico al que habían amputado en el Hospital Canto Blanco. La gente se volcó donando y haciéndose voluntario. Yo fui a donar y pregunté si necesitaban ayuda y hasta hoy. Los sacerdotes siempre hablan de la importancia de recaudar para ayudar, pero no tenemos que perder de vista lo más importante, que es hacer Parroquia, estar juntos, trabajar, compartir y dar testimonio… Esto es lo mejor del Mercadillo, yo tengo grandes amigos aquí, personas buenas, generosas y muy trabajadoras que entregan su tiempo a nuestra Parroquia”.

– ¿Qué resultado tuvo?

– “Se recaudó bastante dinero para las prótesis de Ángel, que nos visitó junto a su novia María muy emocionados. Meses después se casaron en La Cripta de la Parroquia y vino caminando súper feliz. Aquel primer Mercadillo nos unió. Salió tan bien ese primer mercadillo que nos animamos a continuar”.

– ¿Cómo es el trabajo que hay detrás, el que la gente no ve para que el mercadillo salga adelante?

– “Solemos empezar a pedir donaciones dos meses antes con carteles, en redes o con la ayuda de la asociación vecinal, siempre dispuesta, o de Zitus. Primero  seleccionamos y si algo no está para vender pero sirve se lo pasamos a Cáritas. Lavamos ropa, arreglamos, limpiamos juguetes, clasificamos por secciones, etc. En los días previos montamos la tienda en las aulas de la parroquia, que cada año mejoramos y que quedan bastante bonitas y luce mucho todo lo donado. También hay que preparar el bar donde se puede desayunar o comer, gracias a la ayuda de locales del barrio o de los voluntarios que cocinan cosas buenísimas”.

– ¡Tiene mucha fama la Rifa del Mercadillo!

– “Es que cada año se supera. Es el domingo del mercadillo y te puede tocar cualquier cosa a cada cual mejor. Además, este año hemos tenido dos novedades. Por un lado, los jóvenes de la Parroquia han organizado actividades para los niños durante el mercadillo. Por otro, se ha organizado un Concurso de Dulces, que en esta ocasión ganó Carmen y fue un éxito”. 

– ¿Cómo es la respuesta de los vecinos?

 – “Uff, nos donan un montón de ropa, juguetes, hasta muebles nos traen. Con sus donaciones se hacen realidad proyectos muy bonitos y necesarios. La solidaridad de los vecinos es lo mejor, donan y vienen luego al Mercadillo a pasar un rato con nosotros, a comprar o tomar algo. Vienen incluso de barrios vecinos gracias a la publicidad que nos hacéis desinteresadamente gente como vosotros en esta revista”.

– ¿Los comercios del barrio siempre se han volcado?

– “Sí. La colaboración de los negocios es genial, de nuestro barrio y de fuera también. Esto lo empezó nuestra compañera Conchita, cada año visitaba más. Pedía donaciones de lo que fuera y la verdad es que nos sorprende siempre la respuesta. Nos donan  cenas, meriendas, artículos de hogar, productos de belleza, sesiones de peluquería o de estética, bebida para el bar… Lo que no es de vender se pone en la Rifa. Gracias es poco lo que les decimos”.

– Cada vez hay más gente necesitada, ¿somos conscientes de cuánto se necesitan este tipo de iniciativas?

– “Muchas personas piensan que en un barrio como el nuestro no hay personas con necesidades, pero no es así. Caritas Parroquial atienden semanalmente a 18 familias con comida, ropa, cosas para el hogar, etc. A las personas que llegan de fuera y se encuentran perdidos o sin saber por dónde empezar, les dan asesoramiento con la documentación. También responden en lo pueden a las personas que viven en RAIS  y en el asentamiento de San Roque, dependiendo de la situación de cada familia. Estas son personas que viven el barrio, nuestros vecinos”. 

– ¿A dónde va a parar la recaudación del mercadillo?

– “Se destina a la ayuda de estas personas, normalmente con menores a su cargo, y a las necesidades de nuestra Parroquia. Este año por ejemplo, se ha desprendido parte de la cubierta del Templo y el seguro no cubre todas las reparaciones y el mantenimiento de la Parroquia es muy costoso”. 

– ¿Cuál ha sido la mayor satisfacción que le ha dado el mercadillo? 

– “Saber que estás ayudando. Hay más felicidad en ayudar a los demás que en hacer cosas para ti mismo. San Agustín decía: si precisas de una mano, yo tengo dos. Conozco a personas así en la Parroquia. Es un Mercadillo Parroquial donde todos somos creyentes, Dios llama a cada uno de una forma y nos reunió en este proyecto para contribuir en lo que podamos. Otra satisfacción son mis compañeros. Ha sido un regalo conocernos, trabajar juntos, aprender de ellos, son muy creativos y con ideas fantásticas que afloran en un ambiente así. El resultado al final es fantástico. No quiero terminar sin agradecer a Natalia y a la revista Zitus el apoyo que siempre nos habéis dado dando voz al mercadillo para animar a los vecinos a colaborar”.

PIES DE FOTO:

Foto de delantales rojos: Voluntarios del Mercadillo Parroquial

Foto del premio: Concurso de Dulces

Foto de  mogollon de gente: Voluntarios parroquia Las Tablas

Las de ella sola nada