El pasado 26 de abril muchos niños de Sanchinarro, Las Tablas y Montecarmelo salían por primera vez a la calle después de que se decretara el Estado de Alarma el 14 de marzo. Nervios, emoción y miedo, fueron algunos de los sentimientos que sintieron estos “héroes”, porque también lo son por cómo han aguantado y aguantan el confinamiento.
Para Jaime de 9 años y vecino de Las Tablas, la salida “fue muy guay y tuve recuerdos de cómo vivíamos y salíamos antes. Nos encontramos con algún amigo y aunque nos pusimos a dos metros, me hizo mucha ilusión verles”.
Adriana tiene siete años, vive en Sanchinarro. “Cuando salí a la calle por primera vez sentí felicidad, aunque confieso que estaba un poco asustada. Salí con mis patines y disfrute mucho. Vi a mis amigos del colegio y de la urbanización y me dio mucha pena no poder acercarme a ellos. Sólo pudimos salir 30 minutos porque a mí hermano le empezó a picar toda la cara. Tiene alergia y no se acordaba que era primavera y está todo súper verde”.
Después de 45 días sin salir, Lucía de 11 años y también vecina de Sanchiarro, nos contaba tras dar su primer paseo que “con la mascarilla no se ve si sonríes. Estamos feos. He sentido mucha nostalgia, al pasar cerca de mi colegio, de mis amigos. En casa me siento segura, pero habrá que vivir así, poco a poco lo conseguiremos, ¿no?”. A su hermano Pablo todo le pareció más grande “y más vivos los colores. Es agobiante estar pendiente y protegerse con tantas cosas, tanto protocolo. El peligro es invisible y he sentido un poco de miedo”.
Santiago de 12 años y vecino de Montecarmelo nos cuenta con entusiasmo que sintió “alegría y emoción máxima porque por fin podíamos salir de casa ya que como mucha gente no tenemos terraza ni jardín privado. Pude bajarme una pelota y dar unos toques al aire libre, echo mucho de menos mi equipo de fútbol. Me llamó un vecino por si nos veíamos en la zona común de la urbanización, y me hizo mucha ilusión, pero no pudimos porque no está permitido todavía”.