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Alberto Serrano publica el libro “Un político en minúsculas”

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Concejal Presidente de la Junta de Hortaleza la pasada legislatura, Alberto Serrano acaba de sacar un libro “Un político en minúsculas”. Serrano confiesa que siempre le gustó escribir, -cuenta con otro libro publicado y artículos en revistas jurídicas-, ya que para él es la mejor terapia para poner en orden sus ideas y, ya de paso, “dejar un recuerdo para mi familia y amigos”.

– ¿Por qué este título? ¿Hay políticos en mayúsculas y minúsculas?

– “El título surge de un desprecio que me hizo un Vocal Vecino de Latina, entiendo para minusvalorar mi labor. Me encantó el mote y lo tenía guardado para el libro. Los políticos en mayúsculas serían los que se dedican a los grandes problemas de la humanidad (aparentemente). Yo era más modesto, sólo pretendía administrar, lo mejor posible, los recursos municipales que me fueron encomendados en beneficio de los vecinos”.

– ¿Qué vamos a encontrar en él?

– “Es la crónica de un ciudadano que se introduce en la maquinaria del poder y a su vuelta cuenta lo que se cuece dentro. Es muy instructivo, con momentos emotivos, graciosos, tristes o nostálgicos, con mi relato personal sobre el Palacio de Hielo, la Filomena, los contratos de emergencia, el reparto de ayuda humanitaria, la apertura de los mercadillos y tantos temas que trataron los medios de comunicación durante el mandato de los que fui protagonista. No resulta indiferente”.

– ¿El político nacional debería aprender del político local?

– “Si por político nacional entendemos alguien que ve lejano los problemas de los ciudadanos y por local lo contrario, tiene mucho que aprender. Madrid difumina bastante estos conceptos. La clase política la vota la ciudadanía y la realidad sociológica de este país es que importan un bledo las personas que ejercen la política en términos generales, más allá, si quieren, de un cabeza de lista. La gente vota a izquierdas o derechas y lo demás es secundario, se votan mayoritariamente siglas”.

– ¿Con qué momento se quedaría de esos cuatro años y cuál borraría?

– “Los mejores momentos de Hortaleza serían: inauguración de la estatua de Luis Aragonés, la exposición de la AVT “Vivir sin miedo, vivir con memoria” con su Presidenta Maite Araluce (muy emotiva para mí como víctima del terrorismo), el impresionante evento de reconocimiento a la comunidad escolar que organizamos con casi sesenta centros docentes por su esfuerzo en el año Covid, el acto de cierre del Palacio de Hielo en homenaje a los militares de la UME o el espacio que dedicamos a Marina García, la incansable vecina de la Asociación de Virgen del Cortijo. Por supuesto el peor momento fue el episodio de la pirámide de Nacho Cano que me convirtió en trendic topic, con el despelleje que ello implicaba y el sufrimiento de mi familia”.

– ¿Le gustaría volver a la política?

– “No creo que le gustara a mi entorno. Tras las elecciones municipales del 2019 que determinaron que tendría un acta de Concejal, mi madre me presionaba para que no tomara posesión. Me decía: Pero Alberto, si tú eres un chico trabajador, ¿Qué tienes que hacer con esa gente? Por favor, te lo pido: no cojas el acta y dedícate a lo tuyo”. En fin, menudas peleas”.

– ¿Sigue en contacto con los trabajadores públicos del distrito de Hortaleza y la Latina?

– “De todos los trabajos he sacado amigos y de las Juntas también y los menciono en el libro. Mi gratitud por su esfuerzo y dedicación diaria es infinita. La voluntad política no soluciona los problemas concretos de los ciudadanos, lo hace el trabajo diario de los empleados públicos. El libro concluye con un agradecimiento mi sincero: Como colofón dar las gracias a todos los empleados municipales del Excelentísimo Ayuntamiento de Madrid, y en especial al Secretario del Pleno del Ayuntamiento Don Federico Andrés López de la Riva, y a la Interventora General Doña Beatriz Vigo, y a todos los funcionarios públicos de las Juntas, partiendo de sus respectivos secretarios, Don Javier Corella y Doña Sagrario Gómez, hasta el último ordenanza”.

– ¿Cuáles son los privilegios de un político?

– “Un Concejal del Ayuntamiento de Madrid tiene múltiples privilegios laborales y también esos que le dan cierto morbo a la gente, como comilonas, viajes o coches oficiales. Para mí los auténticos privilegios que disfruté como el que más fueron dos: atender a las necesidades de los vecinos, viabilizando sus demandas y conocer gente maravillosa que espero tenerlos de amigos toda la vida. Los había inteligentes, simpáticos, preparados, talentosos, creativos, con gran compromiso social, y lo que más me impresiona a estas alturas de la vida: auténtica buena gente”.

– ¿Por qué se considera un edil atípico?

– “Me consideraba un bicho raro. En este sentido abordo lo que debería ser la mentalidad de un político sobre tres características deseables que deberían tener los políticos, a juicio del mismísimo Maquiavelo de las que yo carecía totalmente. Tal como cuento “Como soy rara avis, mis relaciones con la oposición yo entiendo que fueron, en general, bastante buenas, porque no me vieron rival en ningún momento. De algún modo me trataban como un idiota que iba a trabajar, solucionaría algún problema, y dentro de un tiempo me perderían de vista. No les faltaba razón. Así fue.”

¿Qué espera del libro?

– “A nivel personal, llevarme un recuerdo. Para los lectores, que se diviertan mientras reflexionan sobre, por un lado, la esencia de la política, que consiste en tomar decisiones, aunque modernamente sea más importante vender la marca, capitalizándola electoralmente, y por otro lado la gestión pública, que consiste básicamente en viabilizar las decisiones adoptadas movilizando los recursos disponibles. La gestión es más trabajo de empleados públicos, aunque la clase política responsable de la misma puede aportar mucho, poco, nada o incluso restar, como hacen los malos entrenadores de fútbol. Aportaremos las claves para ponderarla”.